Las historias de estos cuatro amigos, se remontan en una época donde la tecnología aún no se hacía presente, por ello las noticias no eran tan rápidas como en la actualidad.
Cierto día, lograron observar a lo lejos unas grandes columnas elevándose por los cielos, maravillados por estos fenómenos decidieron acercarse al lugar.
La imponencia del volcán hechizo a aquellos cuatro amigos, haciendo que se acercaran más al lugar, cuando a la esquina de una pequeña colina cercana al volcán vislumbraron una cascada rodeada de flores. En dicha cascada una pequeña ave color rojo intenso, su canto se hizo escuchar y entre más lo escuchaban los cuatro amigos, más se adentraban por el lugar.
Poco a poco avanzaron por una vereda estrecha, sin percatarse de una niebla espesa que se apoderaba del lugar, tan espesa que la vereda no pudieron divisar.
Al cabo de unos minutos un leve viento, la niebla empezó a disipar, encontrándose ellos a la mitad del volcán.
Un ave roja se logró divisar, que, desde la cima del volcán, su vuelo emprendió, pero al divisarse más cerca, una nube de ceniza se apodero del lugar, siendo arrastrados hasta la base del volcán.
Ahí quedaron los cuatro amigos, que se dejaron encantar por la belleza de aquella ave, que no era más que una de las guardianas del lugar que encaminaba a aquellos que osaran acercarse a la casa de Juan Noj en el volcán.
Historias del dueño del volcán.
Autor: Alvaro Ricardo Rojas Melendez.
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