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En un rincón olvidado del parque de Palmar, se erguía un
árbol centenario, cuyas ramas largas y frondosas ofrecían un refugio secreto
para las parejas de enamorados que se juraban amor eterno bajo su sombra. Este
árbol, conocido por todos en el pueblo, era el testigo silencioso de sus deseos
y promesas....