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domingo, 28 de septiembre de 2025

Posted by El Palmar Tv. 11:56:00 No comments

 

Alejandro, el laboratorista amigo

En un pueblito soleado, de risa y canción,
vivía Gaby con tos y dolor.
La pancita le dolía, la fiebre subió,
y su mamá al doctor la llevó.

—¡Ay, doctor, doctor, qué podrá ser!
Mi niña no juega, no quiere correr.
El doctor la miró, con ojos sinceros,
y dijo: —Necesito a mi amigo sincero.

—¿Quién es ese amigo? —Gaby preguntó.
—Es Alejandro, ¡el laboratorista mejor!
Con tubos, colores y un microscopio genial,
encuentra las pistas de todo mal.

Gaby pensó: “¿Y qué pasará?
¿Será divertido? ¿Me dolerá?”
Alejandro llegó con sonrisa brillante:
—¡Hola, campeona! Te cuidaré en un instante.

Con bata blanquita y voz de canción:
—Verás un pinchón, ¡pero rápido, zon!
Un “ay” chiquitito, después ya no más,
y pronto sabremos qué tienes de veras.

Pum, pum, pum, la muestra tomó,
las máquinas zumban: zzzip, zzzap, zzo.
El microscopio giró, la lupa brilló,
y Alejandro al doctor las pistas llevó.

—¡Aquí está la clave! —le dijo feliz.
—Ahora sé cómo curar a mi aprendiz.
Gaby escuchó, y se sintió mejor,
¡ya había un remedio para su dolor!

Saltó de la cama, corrió por el suelo,
y dijo: —¡Alejandro es mi héroe del pueblo!
Porque un buen doctor no trabaja solito,
con su laboratorista encuentra el caminito.

Y así aprendió Gaby, contenta y calmada:
que un pinchón se olvida y la pena es borrada.
El trabajo en equipo, con ciencia y amor,
le devolvió rápido su gran buen humor.


🎉 Y colorín colorado, con salud y amistad, este cuento rimado se ha terminado.
Autor: Álvaro Rojas Meléndez

Posted by El Palmar Tv. 11:17:00 No comments

 “El Volcán Tobón, la Montaña del Silencio”


En Jalapa, en Pinula, en la Aldea Tobón,
se alza un gigante, ¡sí!, el gran **Volcán Tobón!
No truena, no escupe, no lanza candela,
pero guarda agüita, ¡qué cosa tan buena!

Dos mil ochenta y siete metros tiene,
es alto, altote, y nunca se viene.
Algunos le dicen volcán, otros cerro,
pero él solo ríe: “¡Soy grande y sincero!”.

Con bosques de pinos, con selva y canción,
allí viven aves y el chipe ratón.
Hay frijol, maicito, cafecito también,
y el agua fresquita que calma la sed.

Un día Juanito subió con su hermana,
“¡Vamos patojos, la cima nos llama!”.
En una horita llegaron contentos,
y allá en El Silencio soplaban los vientos.

“¡Miren allá lejos volcanes de fuego!
¡Y aquí está el Tobón guardando sosiego!”.
De pronto la voz del cerro tronó:
—¡Cuiden mis bosques, cuiden mi don!

“No talen mis pinos, no tiren basura,
el agua es tesoro, ¡es vida segura!”.
Los niños dijeron: “¡Sí, vamos a honrar!
Tu bosque y tu cima debemos cuidar”.

Y cuentan que aún, si tú vas de visita,
y escuchas callado en la cima bonita,
se oye un susurro, se oye un consejo:
—¡Cuiden el agua, cuiden lo viejo!

El Volcán Tobón, gigante guardian,
protege a su gente, ¡qué amigo más pan!

Y colorín colorado,
este cuento rimado
se ha terminado.

Autor: Álvaro Rojas Meléndez

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