En el corazón de Guatemala, donde las nubes besan las cimas volcánicas, se erige el Santiaguito, un coloso de fuego que custodia la tierra con sus cuatro domos: Brujo, Monje, Medio y Activo. Este último es donde habita el dueño del volcán, Juan Noj. Cada uno de estos domos, con su propia historia y misticismo, alberga leyendas que han susurrado al viento por generaciones.
Cuenta la leyenda que en sus entrañas habita un hechicero
ancestral, un ser de lava y ceniza que posee el poder de transformar la
realidad con su magia volcánica. Solo aquellos de corazón puro y espíritu
indomable pueden acercarse a su morada sin ser consumidos por su fuego. Desde
lo lejos, en las tardes, se puede contemplar un humo que emerge del domo. Se
trata del ser sobrenatural que habita en el lugar, bajo los dominios del dueño
del volcán, realizando rituales ancestrales.
El Domo Monje:
El Domo Medio:
El Domo Activo:
Conocido como el domo caliente, es la actual morada de Juan
Noj. Desde aquí, Juan Noj contempla sus dominios y mantiene un orden entre lo
espiritual y la humanidad. Se dice que Juan Noj es el guardián supremo del
volcán, asegurando que los elementos naturales y los espíritus estén en
equilibrio. Aquellos que se aventuran demasiado cerca del domo caliente sienten
su presencia poderosa, un recordatorio de la fuerza y la autoridad que Juan
Noj ejerce sobre el Santiaguito.
Esta es la leyenda de los Domos del Santiaguito, un canto a
la valentía, sabiduría y justicia de Juan Noj y las entidades que habitan este
majestuoso volcán. Una historia que resuena en los corazones de aquellos que se
atreven a escucharla, susurrada por el viento que acaricia las laderas de este
gigante de fuego.
Autor:
Alvaro Rojas Melendez.
email: alvarome2003@gmail.com
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