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miércoles, 17 de septiembre de 2025

Posted by El Palmar Tv. 8:47:00 No comments

 

El Gigante Chaparrastique

En la Tierra Caliente, tan llena de sol,
donde el mango es dulce y brilla su color,
vivía un gigante, ¡qué gran maravilla!
Un gigante sin brazos, sin pies ni rodilla.

No era de hierro, tampoco de pan,
¡era montaña! ¡Un volcán!
Su nombre formal: Volcán San Miguel,
pero Chaparrastique sonaba más fiel.

¿Y qué significa? —pregunta un chiquillo—
Te lo cuento en verso, verás qué sencillo:
Proviene del Potón, lengua del Lenca,
y suena bonito, suena que encanta.

“Lugar de los chaparros hermosos” diría,
o “Cerro de chaparros” verdes de alegría.
—¡Pero si son bajitos! —decían con risa—
¿Por qué el volcán es grande, de gran cornisa?

Y ahí está el secreto, la magia escondida:
entre árboles chicos, ¡nació la subida!
Un bosque chaparro cubría su falda,
pero él creció alto, gigante que manda.

Así Chaparrastique, de nombre pequeño,
se alzó poderoso, ¡gigante risueño!
Con fuego en el pecho, custodia su suelo,
vigila la tierra, el campo y el cielo.

Cuando su corazón late fuerte y brama,
la tierra retumba —¡bum, bum!— con drama.
“Ron... ron...” murmura, parece soñar,
y abuelos explican: “No hay que temblar”.

Mas si le cosquillea la punta nariz,
respira profundo… y ¡viene el chis!
“Pffffffffft” sopla al cielo, con humo blanquito,
que juega a las nubes, ¡qué cuadro bonito!

Y si la cosquilla le viene más fuerte,
prepárense todos, ¡se acerca la suerte!
El gigante estornuda, retumba y ¡zas!:
“¡Achís!” truena el suelo, ¡la ceniza va atrás!

Los científicos, atentos, lo saben leer,
suspiros y humos les dicen qué hacer.
—¡Dale su espacio! —gritan con tino—
que el guardián sueñe, respire tranquilo.

Y así los pequeños lograron entender,
que un volcán no es malo, no quiere ofender.
Es un guardián grande, con fuego y calor,
que cuida la tierra con mucho vigor.

La lección es clara, escucha, repite:
—¡Respeta al Chaparrastique, respétalo, amiguito!
Si oyes su ronco, su humo, su voz,
vivirán en paz… ¡y colorín colorado, eso es todo, adiós!


Autor: Álvaro Rojas Meléndez

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