En lo alto del gran volcán Santiaguito, donde las nubes juegan con el viento, vivía un niño muy especial.
Tenía el cabello como el maíz dorado y los ojos brillaban como el sol. Su nombre era Juanito Noj.
No vivía en una casa común. Vivía entre árboles, piedras calientes y ríos de ceniza.
Juanito era alegre y curioso. Le gustaba correr, brincar y esconderse entre las piedras del volcán.
Lo cuidaba su abuelita Xuculem, a quien todos llamaban la Madre de los Siete Vientos. Ella lo quería mucho y siempre sabía dónde estaba, aunque él se escondiera muy bien.
Juanito jugaba todos los días con dos grandes amigos:
Tullo, un armadillo que daba vueltas como trompo.
—Y K’aq’ik, una urraca de plumas azules que siempre vigilaba desde lo alto.
Pero un día, Juanito miró hacia abajo y vio el pueblito de El Palmar.
Allá los niños corrían por las calles empedradas, jugaban con pelotas y reían juntos.
Juanito suspiró:
—Yo también quiero ir a jugar allá. Quiero tener más amigos.
Su abuela le dijo con voz suave:
—Juanito, ya llegará tu momento. Por ahora, disfruta de ser niño aquí, donde todo es seguro. No hay prisa por crecer ni por bajar.
Pero Juanito no escuchó.
Una noche, cuando su abuela dormía, bajó calladito por el camino de piedras y llegó a El Palmar.
Allí vio niños, sí… pero también vio cosas que no esperaba.
Unos peleaban, otros estaban tristes, algunos no jugaban porque trabajaban. Nadie lo vio. Nadie lo saludó.
Juanito se sintió muy solo.
Entonces escuchó el viento soplar, suavecito, como si su abuela lo llamara.
Y de pronto, Tullu y K’aq’ik aparecieron.
—Vamos a casa, Juanito —le dijeron—. Allá arriba te espera la alegría.
Juanito regresó con ellos. Su abuela lo abrazó fuerte y le sonrió.
—¿Viste, mi niño? Todo llega a su tiempo. Ahora juega, ríe, aprende. Ya vendrán otros caminos.
Desde entonces, Juanito no volvió a escaparse. Jugaba con alegría, cuidaba el volcán, y cuando algún niño subía desde El Palmar, Juanito le regalaba una flor, una piedrita o una sonrisa.
Porque Juanito aprendió que lo más bonito…
es disfrutar la niñez sin correr tan rápido.
Autor: Alvaro Rojas Melendez.
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https://www.youtube.com/watch?v=la2BGLpY6Fo&t=2s