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miércoles, 1 de octubre de 2025

Posted by El Palmar Tv. 15:07:00 No comments

 

El abuelo Jumay y la semilla escondida

En Jalapa, Guatemala, se alza Jumay,
un abuelo gigante de dos mil ciento setenta y seis ¡ay!
Es un estratovolcán, dormido y callado,
con mantas de bosque siempre arropado.

Un día Joelito, curioso y risueño,
subió preguntando por un gran pequeño:
—¡Abuelo Jumay, vine a encontrar
la semilla mágica que sabés guardar!

El abuelo rió con voz de viento:
—Si querés mi tesoro, poné buen intento.
Escuchá las hojas, sembrá con amor,
y verás la vida brillar con color.

Joelito aprendió y con fe la cuidó,
y Jumay contento su premio le dio.
Una semillita brillante y querida,
tesoro que guarda la tierra y la vida.

Y colorín colorado,
en Jumay me he asombrado.

Autor: Alvaro Rojas Meléndez

lunes, 29 de septiembre de 2025

Posted by El Palmar Tv. in , , | 7:57:00 No comments

 En Jutiapa, en oriente, cerquita de Ipala,

vive un volcán chiquito, ¡qué cosa más rara!

—¡Soy Monterrico, volcán engreído!
De “monte rico” me viene el sonido.

No alto, no bravo, no fuego encendido,
soy mil doscientos ochenta y cinco medido.
Un cono de escoria tranquilo y callado,
parásito soy, del Ipala prestado.

De basalto olivínico tengo mi panza,
mi roca es negrita y siempre relanza.
Estoy inactivo, durmiendo, en reposo,
pero mi suelo es fértil, ¡qué rico tesoro!

Subir hasta arriba es cosa sencilla,
una hora nomás, ¡y ya estás en la orilla!
Desde mi cumbre yo muestro el paisaje,



Suchitán, Ixtepeque y Chingo de traje.

Un niño me dijo: —Vos, ¿por qué tan creído?
Le respondí alegre, con tono divertido:
—No soy el más alto ni soy rugidor,
soy monte que nutre con fuerza y amor.

Grande o pequeño, lo mismo, patojo,
lo bueno es dar frutos, ¡y con eso me pongo contento!
Aprendé conmigo, guardá la lección:
la tierra es tesoro, cuidala de corazón.

Y colorín colorado,
en Monterrico me he maravillado.

Autor: Álvaro Rojas Meléndez


vea el video del cuento en mi canal de youtube: ROJAS PRODUCCIONES, no olvide suscribirse.

Posted by El Palmar Tv. in , , | 7:54:00 No comments

 En Jutiapa lejano, de cielo brillante,

vive Don Amayo, volcán elegante.
Con mil quinientos cuarenta y cuatro metros de altura,

se estira hacia el cielo con gran hermosura.

Dormido descansa, ya no echa calor,
prefiere adornarse con flores de amor.
—Fui fuego y ceniza, rugí como león,
pero hoy soy tranquilo, descanso panzón.

Me dicen “Cerro de las Flores”, ¡qué bonita vista!
y aunque soy volcán presumo: “¡Soy florecitas!”
Cuevas y túneles guardo en mi ser,
recuerdos de lava que un día corrí al correr.

Hoy en mis faldas no hay fuego ni horror,
sino árboles, pájaros y campos de flor.

Don Amayo sonríe con gran emoción:
—Dormido descanso, feliz de corazón.

🌸 Y colorín colorado, en el Cerro de las Flores me he maravillado. 🌸
Autor: Álvaro Rojas Meléndez.


vea el video del cuento en mi canal de youtube: Rojas Producciones. no olvide suscribirse.

domingo, 28 de septiembre de 2025

Posted by El Palmar Tv. 11:56:00 No comments

 

Alejandro, el laboratorista amigo

En un pueblito soleado, de risa y canción,
vivía Gaby con tos y dolor.
La pancita le dolía, la fiebre subió,
y su mamá al doctor la llevó.

—¡Ay, doctor, doctor, qué podrá ser!
Mi niña no juega, no quiere correr.
El doctor la miró, con ojos sinceros,
y dijo: —Necesito a mi amigo sincero.

—¿Quién es ese amigo? —Gaby preguntó.
—Es Alejandro, ¡el laboratorista mejor!
Con tubos, colores y un microscopio genial,
encuentra las pistas de todo mal.

Gaby pensó: “¿Y qué pasará?
¿Será divertido? ¿Me dolerá?”
Alejandro llegó con sonrisa brillante:
—¡Hola, campeona! Te cuidaré en un instante.

Con bata blanquita y voz de canción:
—Verás un pinchón, ¡pero rápido, zon!
Un “ay” chiquitito, después ya no más,
y pronto sabremos qué tienes de veras.

Pum, pum, pum, la muestra tomó,
las máquinas zumban: zzzip, zzzap, zzo.
El microscopio giró, la lupa brilló,
y Alejandro al doctor las pistas llevó.

—¡Aquí está la clave! —le dijo feliz.
—Ahora sé cómo curar a mi aprendiz.
Gaby escuchó, y se sintió mejor,
¡ya había un remedio para su dolor!

Saltó de la cama, corrió por el suelo,
y dijo: —¡Alejandro es mi héroe del pueblo!
Porque un buen doctor no trabaja solito,
con su laboratorista encuentra el caminito.

Y así aprendió Gaby, contenta y calmada:
que un pinchón se olvida y la pena es borrada.
El trabajo en equipo, con ciencia y amor,
le devolvió rápido su gran buen humor.


🎉 Y colorín colorado, con salud y amistad, este cuento rimado se ha terminado.
Autor: Álvaro Rojas Meléndez

Posted by El Palmar Tv. 11:17:00 No comments

 “El Volcán Tobón, la Montaña del Silencio”


En Jalapa, en Pinula, en la Aldea Tobón,
se alza un gigante, ¡sí!, el gran **Volcán Tobón!
No truena, no escupe, no lanza candela,
pero guarda agüita, ¡qué cosa tan buena!

Dos mil ochenta y siete metros tiene,
es alto, altote, y nunca se viene.
Algunos le dicen volcán, otros cerro,
pero él solo ríe: “¡Soy grande y sincero!”.

Con bosques de pinos, con selva y canción,
allí viven aves y el chipe ratón.
Hay frijol, maicito, cafecito también,
y el agua fresquita que calma la sed.

Un día Juanito subió con su hermana,
“¡Vamos patojos, la cima nos llama!”.
En una horita llegaron contentos,
y allá en El Silencio soplaban los vientos.

“¡Miren allá lejos volcanes de fuego!
¡Y aquí está el Tobón guardando sosiego!”.
De pronto la voz del cerro tronó:
—¡Cuiden mis bosques, cuiden mi don!

“No talen mis pinos, no tiren basura,
el agua es tesoro, ¡es vida segura!”.
Los niños dijeron: “¡Sí, vamos a honrar!
Tu bosque y tu cima debemos cuidar”.

Y cuentan que aún, si tú vas de visita,
y escuchas callado en la cima bonita,
se oye un susurro, se oye un consejo:
—¡Cuiden el agua, cuiden lo viejo!

El Volcán Tobón, gigante guardian,
protege a su gente, ¡qué amigo más pan!

Y colorín colorado,
este cuento rimado
se ha terminado.

Autor: Álvaro Rojas Meléndez

miércoles, 17 de septiembre de 2025

Posted by El Palmar Tv. 8:47:00 No comments

 

El Gigante Chaparrastique

En la Tierra Caliente, tan llena de sol,
donde el mango es dulce y brilla su color,
vivía un gigante, ¡qué gran maravilla!
Un gigante sin brazos, sin pies ni rodilla.

No era de hierro, tampoco de pan,
¡era montaña! ¡Un volcán!
Su nombre formal: Volcán San Miguel,
pero Chaparrastique sonaba más fiel.

¿Y qué significa? —pregunta un chiquillo—
Te lo cuento en verso, verás qué sencillo:
Proviene del Potón, lengua del Lenca,
y suena bonito, suena que encanta.

“Lugar de los chaparros hermosos” diría,
o “Cerro de chaparros” verdes de alegría.
—¡Pero si son bajitos! —decían con risa—
¿Por qué el volcán es grande, de gran cornisa?

Y ahí está el secreto, la magia escondida:
entre árboles chicos, ¡nació la subida!
Un bosque chaparro cubría su falda,
pero él creció alto, gigante que manda.

Así Chaparrastique, de nombre pequeño,
se alzó poderoso, ¡gigante risueño!
Con fuego en el pecho, custodia su suelo,
vigila la tierra, el campo y el cielo.

Cuando su corazón late fuerte y brama,
la tierra retumba —¡bum, bum!— con drama.
“Ron... ron...” murmura, parece soñar,
y abuelos explican: “No hay que temblar”.

Mas si le cosquillea la punta nariz,
respira profundo… y ¡viene el chis!
“Pffffffffft” sopla al cielo, con humo blanquito,
que juega a las nubes, ¡qué cuadro bonito!

Y si la cosquilla le viene más fuerte,
prepárense todos, ¡se acerca la suerte!
El gigante estornuda, retumba y ¡zas!:
“¡Achís!” truena el suelo, ¡la ceniza va atrás!

Los científicos, atentos, lo saben leer,
suspiros y humos les dicen qué hacer.
—¡Dale su espacio! —gritan con tino—
que el guardián sueñe, respire tranquilo.

Y así los pequeños lograron entender,
que un volcán no es malo, no quiere ofender.
Es un guardián grande, con fuego y calor,
que cuida la tierra con mucho vigor.

La lección es clara, escucha, repite:
—¡Respeta al Chaparrastique, respétalo, amiguito!
Si oyes su ronco, su humo, su voz,
vivirán en paz… ¡y colorín colorado, eso es todo, adiós!


Autor: Álvaro Rojas Meléndez

sábado, 13 de septiembre de 2025

Posted by El Palmar Tv. 18:33:00 No comments

 

La Sonrisa del Volcán Tahual

En Jalapa se levanta, con maíz y con frijol,
un volcán bien sonriente, con corazón de sol.

No es tan alto ni bravío, ni se pone a tronar,
pero toca las nubes… ¡y les hace cosquillar!

Con mil setecientos dieciséis metros de altura,
es fuerte y paciente, su vida es segura.
Es un estratovolcán, de capas como un pastel,
que duerme hace siglos, soñando con miel.

Dicen que hace mucho tiempo un dragón lo mordió,
y en su cumbre redondita su sonrisa dejó.
Otros cuentan que los niños, al jugar y reír,
pintaron en su carita un gran gesto infantil.

Tahual, volcán dormilón, nunca quiso explotar,
prefirió soñar despacio y la tierra cuidar.
De su sueño brotan flores, bosques verdes sin fin,
y su laguna brillante canta como un violín.

Tiene amigos cercanitos: Ipala y Jumay,
Suchitán también lo mira y le dice: “¿Qué hay?”
Pero el más alegre siempre, sin tener que bramar,
es el viejo Tahualito, que solo sabe soñar.

Altar de la naturaleza, guardián del maizal,
con su cima forestada parece un gran mural.
Si lo mirás desde abajo, con paciencia y con paz,
verás que su gran sonrisa ¡nunca se borrará!

Y la gente de Monjas dice al verlo brillar:
“Ese volcán nos enseña que la vida hay que cuidar.
No hace falta ser gigante, ni rugir ni pelear,
con alegría en el alma la tierra sabe cantar.”

Y colorín colorado, al Tahual me he encontrado.

Autor: Álvaro Rojas Meléndez

Posted by El Palmar Tv. 18:11:00 No comments

 

El Abuelo Lacandón y el secreto de la altura

En Xela, allá arriba, donde el frío se asoma,
vive un volcán viejito que nunca se desploma.

No truena, no ruge, no tira candela,
se sienta tranquilo, con barba de abuelo.

—Soy el Abuelo Lacandón —dice con voz seria—,
con cejas de nubes y cara de piedra.

Es altísimo, altote, ¡qué gigante señor!
mide dos mil setecientos y pico de amor.
Desde su cima se miran cafetales,
los techos rojitos y pájaros reales.

Pero no guarda fuego, ni susto, ni trueno,
guarda vida en su bosque, ¡tesoro muy bueno!

Saltan las ardillas de rama en rama,
venados ligeros corren con gana.
El zorro curioso sale al camino,
y el quetzal orgulloso vuela divino.

El Abuelo suspira y con calma aconseja:
—La fuerza no grita, la fuerza refleja.
No está en el ruido ni en grande escándalo,
sino en cuidar todo con paso pausado.

Y así sigue firme, callado y contento,
cuidando a su gente con tierno aliento.

Con su barba de abuelo y su manto de pino,
el Abuelo Lacandón nos marca el camino:
que el tesoro más grande no es oro ni plata,
¡es cuidar la vida, que nunca se maltrata!

Y colorín colorado, el Lacandón te ha mirado.

Autor: Álvaro Rojas Meléndez

viernes, 12 de septiembre de 2025

Posted by El Palmar Tv. 19:47:00 No comments

 

El Abuelo Volcán Alzatate que quería ser un jardín

En Jalapa lejano, allá bien callado,
vivía un volcán, redondito y sentado.



No era famoso, ni echaba humito,
era el Abuelo Alzatate, dormilón y bonito.

Roncaba despacio, suave como viento,
pero un día sintió un gran sentimiento.
—¡Ay, gran púchis, qué aburrición!
Todos hacen algo, ¡menos este volcón!

El Pacaya echa humo, el Tajumulco es gigante,
y yo solo duermo, tranquilo y errante.
—¡Quisiera ser más, tener otra misión!
¡Quisiera ser flores, quisiera un jardínón!

En su cima vivía Chipilín la ardilla,
que brinca y salta como semilla.
Escuchó al abuelo con gran atención:
—¿Y vos por qué hacés tanta preocupación?

—Mirá, Abuelo, no estés tan tristón,
vos ya sos jardín, ¡el más chilerón!
Tenés pinos altos que son tu sombrero,
y pájaros cantan tu canto sincero.

Los conejos juegan, se esconden, se van,
y en tus faldas crece café de mi pan.
Hay aguacatales, duraznos dulzones,
¡tu tierra da vida y un montón de sazones!

El abuelo miró y no lo podía creer,
su corazón volcán comenzó a entender.
Y Chipilín dijo, saltando feliz:
—¡Sos sagrado y querido, así es tu raíz!

La gente Xinka sube a rezar,
pide por lluvia, le gusta cantar.
Vos sos abuelo, protector, guardián,
silencioso y fuerte, volcán bonachón.

Desde ese día ya no se sintió mal,
sabía que era especial, único y genial.
Un volcán dormilón, tranquilo y sereno,
con corazón grande, ¡chapín y pleno!

Y colorín colorado,
este cuento rimado
ya se ha terminado.

El Abuelo Alzatate feliz seguirá,
soñando jardines… ¡y al que quiera visitará!


Autor: Álvaro Rojas Meléndez

Posted by El Palmar Tv. 19:17:00 No comments

 

Ixtepeque y su Corazón de Obsidiana

En Jutiapa lejano, de cielo brillante,
vivía un volcán chiquitín, elegante.
Se llama Ixtepeque, dormido y callado,
un volcán apagado, pero bien parado.


Mil doscientos noventa y dos metros subía,
con matorrales y piedras que el sol relucía.
No echaba humo, ni lava, ni ruido,
pero tenía un tesoro escondido.

¡Obsidiana brillante, negra y bonita!
parece la noche que nunca se quita.
También hay rojiza, como el sol al bajar,
piedritas que saben cantar y brillar.

Un niño curioso, Ricardo se llama,
le dijo a su madre con toda la gana:
—¡Subiré al volcán, quiero su corazón!
¡Lo busco, lo encuentro, esa es mi misión!

La madre le dijo con voz emocionada:
—Hay una leyenda, de esas bien contadas:
el volcán guarda un corazón de obsidiana,
un regalo de tierra, chispa soberana.

Ricardo subía, ¡qué duro el camino!
Se resbaló mucho, pero iba sin tino.
A cada pasito, sorpresa encontraba:
piedritas brillosas que el sol le mostraba.

Eran estrellitas, redondas, alargadas,
como si el volcán, con manos calladas,
le fuera diciendo: “¡Niño, ven acá!
Mi historia en piedritas te quiero contar”.

Hace mucho tiempo, con fuego y calor,
Ixtepeque rugía con gran resplandor.
Su lava tan rápida se enfrió de repente,
y así nació el vidrio brillante y ardiente.

Ricardo entendió con gran emoción:
el volcán no tenía un solo corazón…
¡Tenía miles, brillando en el suelo,
cuidando la tierra, el campo y el cielo!

Llegó a la cima y nada encontró,
solo tierrita, plantitas y sol.
El cráter tapado dormía tranquilo,
soñando en silencio, guardando su brillo.

Ricardo sonrió y al pueblo miró,
el maíz y los cerros de lejos vio.
Se dio cuenta al fin, con el alma contenta,
que el corazón del volcán en pedacitos se cuenta.

Bajó sin piedras, pero con tesoro,
un secreto guardado que vale más que el oro.
Y cada obsidiana que ahora miraba,
era un regalo del Ixtepeque que hablaba.


Autor: Álvaro Rojas Meléndez

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